Me acuerdo del día en que por trabajo me tuve que ir a China con fecha de ida, pero sin saber bien cuándo podría volver.
Al final acabé antes de lo que esperaba y sólo estuve 10 días. Fueron los más largos de mi vida porque era la primera vez que me separaba de Daniela. Ella por entonces tenía poco más de un año.
Antes de irme estábamos muy unidas y le encantaba que jugáramos juntas. Pero después de ese viaje, Daniela sólo quería estar conmigo y con nadie más. Su "mamitis" se acentuó increíblemente.
Pero lejos de esto, tiene una "mamitis" muchísimo más exagerada de la que tuvo Daniela. Es verme y lanzarse a mis brazos y no querer separarse de mi ni un segundo.
Y eso que desde que nació, solo me he escapado a Nueva York cuatro días.
Así que ambas sufren de mamitis aguditis.
Después de leer a Maribel, me queda mucho más claro por qué mis peques sólo quieren estar con mamá. Y seguro que a ti, el entender por lo que están pasando tus hijos para actuar así, hará que les comprendas mucho mejor.Te dejo con ella...
La
mamitis, es un
periodo
de inseguridad
en el que el niño se aferra a mamá (o papá) para intentar
recuperar su estabilidad interna. Es una
fase normal del desarrollo del
niño que suele
alcanzar su punto álgido a
los 18 meses, va disminuyendo gradualmente con la madurez del niño y
suele desaparecer hacia los 3 años.
Para atenuar la "mamitis" es imprescindible potenciar la independencia del niño que se adquiere de forma gradual.
Algunos consejos
para conseguirlo son:
1.
Paciencia y dulzura. Es importante que el niño
no perciba ninguna expresión de rabia o de exasperación por tu parte, ya que esto provocaría
el efecto contrario: todavía se sentiría más inseguro, lo que
contribuiría a aumentar su dependencia.
3. Despídete siempre de él. Cuando salgas o te alejes, háblale siempre afectuosamente y explícale cuándo volverás. Aunque no te entienda perfectamente, tu tono firme y tranquilo le calmará.
4. Déjale con alguien a quien conozca. La "mamitis" será más leve si le dejas con su papá, sus hermanos, los abuelos o un canguro al que ya haya cogido cariño. El ambiente también es importante: es mejor que se quede en casa (donde se siente seguro) que en un ambiente nuevo.
5. Aléjate gradualmente. Aumenta poco a poco los momentos de separación y su frecuencia. En poco tiempo se habituará a tus salidas y sabrá esperar tu regreso.
Siguiendo estos consejos, el pequeño adquirirá cada vez más confianza en sí mismo, lo que le permitirá superar poco a poco su mamitis.
TU TURNO: ¿Tus peques también sufren de mamitis o papitis?
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